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Cómo detectar y tratar la adicción a los videojuegos en jóvenes

En los últimos años, la adicción a los videojuegos se ha convertido en una de las preocupaciones emergentes en salud mental infantil y juvenil. Aunque jugar es una forma de entretenimiento saludable y común entre adolescentes, el uso descontrolado y compulsivo puede derivar en una adicción con graves consecuencias.

Cuando la situación se agrava, es posible que se requiera la intervención de un profesional o incluso el apoyo de un centro de desintoxicación especializado en adicciones conductuales, donde se aborde no solo el hábito de juego, sino también sus causas emocionales subyacentes. Por eso, es esencial saber detectar los signos de alarma y actuar a tiempo.

¿Qué es la adicción a los videojuegos?

La adicción a los videojuegos, también llamada trastorno por uso de videojuegos, es una condición reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 2018. Se caracteriza por un uso compulsivo y persistente de videojuegos, a pesar de las consecuencias negativas en áreas como la escuela, la familia, la salud o las relaciones sociales.

No todos los adolescentes que juegan durante muchas horas son adictos, pero cuando el videojuego domina la vida del joven y empieza a sustituir otras actividades esenciales, se encienden las alarmas.

¿Cómo detectar si un joven tiene una adicción?

Existen síntomas conductuales, emocionales y físicos que pueden servir como señales de alerta. Algunos de los más frecuentes incluyen:

  • Cambios bruscos de humor cuando no puede jugar o cuando se le interrumpe.
  • Negación o minimización del tiempo real que pasa frente a la pantalla.
  • Aislamiento progresivo de amigos y familiares.
  • Deterioro en el rendimiento académico o falta de interés por los estudios.
  • Mentiras o excusas constantes para seguir jugando.
  • Pérdida de control del tiempo, incluso olvidando comer, dormir o realizar otras actividades básicas.
  • Descuido de la higiene personal o el entorno.
  • Ansiedad, insomnio o irritabilidad cuando no tiene acceso al juego.

Estos síntomas deben mantenerse durante varios meses y afectar significativamente la vida del joven para considerarse una adicción real.

¿Por qué los videojuegos enganchan tanto?

Los videojuegos están diseñados para mantener al jugador enganchado. Utilizan mecanismos de recompensa inmediata, refuerzos constantes, niveles de dificultad progresiva, desafíos y entornos sociales que hacen difícil desconectarse.

Además, muchos jóvenes utilizan el videojuego como vía de escape: una forma de evadirse de la ansiedad, la presión académica, los problemas familiares o la falta de autoestima.

En este sentido, la adicción a los videojuegos no suele ser un problema aislado, sino que puede estar enmascarando otras dificultades emocionales o sociales.

Factores de riesgo

Aunque cualquier joven puede desarrollar una adicción, existen ciertos factores que aumentan la vulnerabilidad:

  • Falta de supervisión parental o ausencia de límites claros.
  • Ambiente familiar conflictivo o desestructurado.
  • Baja autoestima o dificultades para socializar.
  • Trastornos previos como ansiedad, depresión o TDAH.
  • Uso temprano de dispositivos digitales, sin guía ni acompañamiento.
  • Disponibilidad ilimitada de tecnología en casa (ordenadores, consolas, móviles, etc.).

Consecuencias de la adicción a los videojuegos

Las consecuencias pueden ser diversas y afectar diferentes aspectos de la vida del menor:

  • Problemas físicos: sedentarismo, dolores musculares, alteraciones del sueño, obesidad.
  • Problemas psicológicos: ansiedad, irritabilidad, tristeza, pérdida de motivación.
  • Deterioro social y familiar: conflictos con los padres, aislamiento, pérdida de amistades.
  • Fracaso escolar: bajo rendimiento, absentismo, desmotivación por aprender.
  • Desconexión con la realidad y dificultad para asumir responsabilidades.

El impacto puede llegar a ser profundo y duradero si no se interviene a tiempo.

¿Cómo actuar si se detecta una posible adicción?

1. Observar y escuchar sin juzgar

El primer paso es escuchar al joven desde la comprensión y el respeto, sin etiquetas ni amenazas. Los gritos, castigos severos o prohibiciones abruptas suelen ser contraproducentes. Es más efectivo generar un espacio de diálogo sincero y calmado.

2. Poner límites progresivos

Establecer normas claras sobre el uso de pantallas: horarios fijos, zonas sin pantallas, momentos sin tecnología (como durante las comidas o antes de dormir), y fomentar actividades alternativas como el deporte, la música, la lectura o las salidas con amigos.

3. Fomentar relaciones y actividades fuera de las pantallas

La mejor prevención es una vida rica y equilibrada. Favorecer que el joven conecte con su entorno real y con actividades que lo motiven fuera del mundo digital puede ayudar a romper el ciclo de dependencia.

4. Buscar ayuda profesional

Cuando el problema se vuelve persistente, lo más recomendable es acudir a profesionales de la salud mental especializados en conductas adictivas. Centros como adiccionesmadrid.es ofrecen programas integrales para el tratamiento de adicciones comportamentales en adolescentes, incluyendo terapia individual, familiar y grupos de apoyo.

Contar con acompañamiento profesional puede marcar una gran diferencia y evitar que la adicción se agrave.

Prevención desde la infancia

La prevención comienza en casa, desde edades tempranas. Algunas recomendaciones útiles:

  • Dar ejemplo: los adultos también debemos regular el uso que hacemos de la tecnología.
  • Educar en el uso responsable desde el principio, con normas claras y coherentes.
  • Ofrecer alternativas atractivas al uso de pantallas.
  • Hablar abiertamente de los riesgos del uso excesivo de tecnología.
  • Pasar tiempo de calidad en familia, sin dispositivos de por medio.

Conclusión

La adicción a los videojuegos es un desafío real en el mundo digital en el que vivimos, pero no debe verse como una condena. Con comprensión, educación, límites adecuados y el apoyo profesional necesario, es posible recuperar el equilibrio y ayudar al joven a retomar el control de su vida.

Si crees que tu hijo, hermano o alumno podría estar desarrollando una adicción a los videojuegos, no dudes en buscar orientación profesional. Recursos especializados como adiccionesmadrid.es pueden ayudarte a abordar este problema de forma efectiva y personalizada.

El objetivo no es eliminar los videojuegos, sino enseñar a convivir con ellos de manera sana y consciente.

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